COAVA_ArquitectosValladolidNº14

PROYECTOS FIN DE CARRERA. ARQUITECTURA CON FUTURO | SEPTIEMBRE 2020 23 Se planteó un gran doble muro fachada que, a la vez servía de estantería y de almacenaje. A través del policarbonato translú- cido se percibía un nuevo skyli- ne cambiante y permeable para la ciudad refugio que se definía así como un gran arca contenedo- ra modular. Estaba recorrida por dos espinas que daban servicio longitudinalmente al edificio. Estas espinas contenían la maqui- naria y los cuartos húmedos. A ellas se enchufaban y conectaban los diferentes elementos móviles: huertos móviles, cocinas móviles, mesas y muebles de comedor mó- viles así como unidades de habi- tación también móviles. Se trataba de un gran contenedor matriz customizable y reutilizable gracias a la inclusión y versatilidad de los sub-elementos móviles En la elección de los materiales, los objetivos eran dejar la menor huella ecológica y facilitar una fu- tura desmantelación o transporte del edificio construido mediante elementos modulares ligeros. La madera laminada era la que mejor respuesta podía dar a la estructu- ra. Los forjados se resolvieron con losas de madera apoyadas sobre el sistema de vigas de madera lami- nada. La fachada se compuso por paneles de policarbonato recicla- do con un sistema de apertura eléctrica automática. Los muros en cimentación se constituyeron con elementos modulares de ga- viones y cámaras ventiladas. Por último, el pavimento exterior consistió en mallas de polieti- leno también reciclado para las zonas de trafico rodado con mate- rial drenante y tierra compactada en los caminos peatonales. En 2015 ya habían pasado los peores años tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y el enun- ciado del PFC parecía estar fue- ra de contexto, pero ahora, ante 05 la crisis sanitaria y la recesión económica de 2020, conceptos como reutilizar, reciclar y redu- cir son más que necesarios. Qui- zás un crecimiento expansivo de las ciudades ya no sea sostenible y debamos hacer más con menos, como señalaba Foster: reutilizar, restaurar y optimizar lo ya cons- truido, idear nuevas herramientas que doten de flexibilidad y ver- satilidad a los edificios y, a escala urbana, proyectar una cirugía que extirpe y recicle lo necesario para regenerar, articular y oxigenar es- tos espacios de convivencia que son las ciudades Como arquitectos, nuestras ideas y métodos deben reciclarse o flexibilizarse para dar liebre por gato. Ese es el reto al que nos enfrentamos los arquitectos de mi generación, la llamada generación de las dos crisis

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