COAVA_ArquitectosValladolidNº14

4 REVISTA DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE VALLADOLID | SEPTIEMBRE 2020 El tribunal, formado por Julio Gri- jalba, Jose Manuel Martinez, Eduar- do Carazo, Alfonso Basterra, Juan Luis de Las Rivas e Ignacio Pare- des, compañeros de la demarcación, plantea el enunciado invitando a reflexionar sobre las necesidades so- ciales, económicas y conceptuales de la ciudad de Valladolid desde un estatus de gran experiencia profe- sional e investigadora. Estos ejercicios, en todos sus casos, pretenden la continuidad de una línea realista y heterogénea que permite abarcar diferentes escalas y alejarse de los parámetros caducos de una arquitectura del espectácu- lo. A su vez, tratan de provocar un dialogo con la tradición cinemato- gráfica, la restauración de bienes muebles, la industria automovilís- tica, con los productos de tierra de sabor, la educación en la Univer- sidad de Valladolid, la ribera del Duero, o con el Rugby. En defini- tiva, una arquitectura que ahonde y fomente el desarrollo económico sostenible ligado históricamente a nuestra ciudad, además de reflejar sus valores ricos y diversos. En mi opinión, estas problemáti- cas educan y hacen reflexionar a los alumnos veteranos sobre los temas más complejos que atañen a la ciu- dad fomentando una actitud críti- ca, sosegada, meditada, en muchos casos atrevida, por qué no, que ter- mina con una solución modélica. Varios de los enunciados exploran la recuperación de infraestructuras degradadas y abandonadas o se in- sertan en entornos urbanos comple- jos. Es el caso la sede de la Seminci, el laboratorio i+d+i en el Polígono Argales, la Escuela de Doctorado o el museo de Semana Santa. Estas intervenciones no persiguen por sí solas la preservación del pa- trimonio, sino aprovechar lo cons- truido como una base crítica para el desarrollo de una arquitectura contemporánea que resuelva esos problemas. Podríamos decir que buscan manifiestos de actuación que revitalicen este tipo de in- fraestructuras o espacios urbanos, respetando y poniendo en valor el patrimonio construido. De todos ellos, los de menor esca- la y realistas con la situación pro- fesional a la que se enfrentan los egresados al salir de la escuela, son especialmente valorados por nues- tro Colegio. Desde aquí, no pode- mos hacer otra cosa que reivindi- carlos, para que se conviertan en algo habitual. Por otra parte, encontramos otra serie de proyectos muy diferentes. Los que exploran temas derivados del paisajismo con edificios de una escala más territorial que local. Este es el caso de los campos de Rugby, la nueva sede de Renault o la nueva sede de Tierra de sabor donde las preexistencias son más conceptuales que físicas. Sorprende que, con esa gran complejidad de programas, los proyectos no dejan atrás la precisión del detalle cons- tructivo y un coherente desarrollo estructural. En muchas ocasiones reflexiono sobre lo que significa hacer arqui- tectura y siempre llego a la misma conclusión: Todo lo que nos haga reflexionar, dudar o aprender so- bre domesticidad, paisaje, regene- ración, construcción o espacio, ya sea sobre el plano o hecho realidad merece ser llamado arquitectura. Y siendo así, lo que verás a conti- nuación es una excelente muestra de ARQUITECTURA en mayús- culas. Con este número de la revista que- remos homenajear, con la inesti- mable ayuda de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valla- dolid, a los alumnos (ya arquitectos y compañeros), profesores, tribunal y tutores por su esfuerzo y dedica- ción hacia la ciudad de Valladolid y su territorio

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