COAVA_ArquitectosValladolidNº14

76 REVISTA DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE VALLADOLID | AGOSTO 2020 Recientemente os habéis muda- do a un nuevo estudio, incluso multi-localizado Valladolid-Bur- gos-Lisboa, y parece que Oaestu- dio ha dado un nuevo impulso. Cuéntanos cómo ha sido esa deci- sión o la meta que os ha motivado a este proceso. Sí, funcionamos casi como una red. De entrada, Jairo, mi socio en Oaestudio vive en Burgos. Siem- pre tuvimos una complicidad es- pecial y el contacto telemático lo llevamos trabajando desde hace mucho tiempo. Nos entendemos bien y siempre fue muy fácil. Además, por el estudio han pasa- do muchas personas en los últimos años y por lógica se terminan por establecer vínculos que se man- tienen posteriormente. Tampoco somos un estudio grande, de gran producción, así que hay momentos en los que la gente se une para de- sarrollar un proyecto en particular desde diferentes puntos geográficos. Es un funcionamiento un poco caó- tico, pero con un caos organizado. Ese funcionamiento en red nos ha servido para seguir funcionando en estos momentos en los que hay que ser capaz de adaptarse a las nuevas formas de trabajo on line. Cuanto más flexible es tu disposición, me- jor te acoplas a los cambios. Actualmente, en esta época, ¿qué tipo de trabajo estás desarrollando? En estos últimos meses con la pandemia se nos han caído varios proyectos, ya que estaban ligados a locales comerciales y restauran- tes, justo los que más han sufrido con la cuarentena. La gente, en general, está a la expectativa, a ver qué ocurre, los movimientos son mucho más lentos. Para compen- sar el parón hemos desarrollado algunos concursos. ¿Los concursos son época pasada? Hacer concursos es muy caro, muy cansado y muy frustrante en ocasiones. Ahora elegimos los concursos de otra manera, con más cuidado. Res- pecto a los años posteriores a 2008, en los que, como había poco traba- jo, se presentaban muchísimas pro- puestas, parece que se ha estabiliza- do y hay más posibilidades. ¿A qué proyecto le tienes más cariño? Yo creo que es mi primera vivien- da, en la calle Pilarica, porque se juntó todo: acababa de terminar la carrera, con ilusión, los clientes eran una pareja joven, con los que se creó una muy buena relación, y un constructor magnífico, que te hacía caso y del que aprendimos un montón. Una obra maravillosa. Además de la arquitectura ¿qué haces?, ¿el interiorismo?, ¿el dise- ño?, ¿proyectos culturales?, cuén- tanos. A partir de 2008 en plena crisis de la construcción nos dedicamos a trabajar con todas aquellas co- sas paralelas a la arquitectura que nos interesaban y que creíamos que estaban vinculadas a nuestra profesión: arquitecturas efímeras, stands, exposiciones, diseño gráfi- co, diseño de mobiliario, de lám- paras, diseño editorial. Esa época fue de descubrimiento de otros campos y creo que aho- ra estamos adentrándonos en una época similar. ¿Crees que los locales que se ha- cen ahora tienenmenos intensidad que lo que se hacía antes, en el si- glo XX? Nos hemos dejado ganar la parti- da por los decoradores; recuerdo la época dorada de los locales en Valladolid, Belín, Chema, Arnun- cio, Roberto Valle … locales dise- ñados hasta el último detalle, con atmósferas únicas. Eran locales en los que te tenían que pasar cosas por el mero hecho de entrar. Ahora triunfa un estilo que en el estudio denominamos “dorado tropical”: unas plantas de plástico gigantes, unos hierritos dorados, una botellita negra, un marco con moldura, bancos tapizados con motivos tropicales y algún ele- mento con pátina industrial. Todos los locales iguales, sin es- tilo propio, copiando cosas que han visto en locales de Madrid, una marca visual sin ningún in- terés arquitectónico. No hay una idea espacial, todo es puro reves- timiento. En lo que se refiere a tu tra- yectoria como interiorista, en los últimos tiempos destacas en la categoría BBB, proyectos de calidad, útiles, prácticos y con bajo presupuesto, Matilda, Gondomatik, La Otra... Cuén-

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