COAVA_ArquitectosValladolidNº14
78 REVISTA DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE VALLADOLID | SEPTIEMBRE 2020 PROFESIÓN Y EN- SEÑANZA DE LA ARQUITECTURA ¿Qué le dirías a alguien que se pregunta para qué sirve un ar- quitecto? Un arquitecto es una persona que ha estado durante muchos años forjándose una sensibilidad; tam- bién sabemos gestionar licencias y CTEs, por supuesto, pero lo que nos diferencia es esa sensibilidad que te puede ayudar a diseñar un espacio, una casa, un mueble o un jardín. Nuestro plus no es la ges- tión, en eso hay otras profesiones que lo hacen mejor; nosotros te- nemos algo que otros no poseen, sensibilidad con el espacio, con los colores, con la ciudad. … ¿Cómo ves la relación entre el arquitecto y la sociedad? ¿Crees que todo esto que ha pasado ha producido o pro- ducirá algún tipo de cambio? Tanto como personas como como arquitectos. Es lógico que en la actualidad un arquitecto quiera hacer arquitectu- ra contemporánea, porque es lo que estudiamos, y como especialistas tendemos a ir un paso por delante. El problema no está en los clientes a los que la arquitectura contempo- ránea les suena a chino. Eso hasta cierto punto es lógico. Sus códi- gos son de entrada diferentes a los nuestros. Desde mi punto de vis- ta es que hay profesionales que no dedican ni cinco minutos a expli- car sus ideas, no luchan por ellas y prefieren adaptarse a los gustos del cliente. En el fondo les lleva mucho menos trabajo. Nosotros hemos entendido, gracias a la experiencia con el primer estu- dio donde trabajé, que la primera fase de contacto con el cliente es fundamental. Mostrar imágenes, a veces ni siquiera de arquitectura, poner en situación al cliente, sedu- cirle. Hay que trabajar con el clien- te, pero a veces no se hace porque parece que siempre hay prisa; noso- tros le dedicamos mucho tiempo a los preliminares. Qué le aconsejas a un estudiante de primer año de Arquitectura o a un recién titulado que se pre- gunta ¿y ahora qué hago? A uno de primer año, le diría que pierda el miedo, que no sienta rece- lo a la hora de experimentar, inves- tigar, crear, descubrir . Para ponerte límites ya tendrán tiempo con los ayuntamientos y las normativas ... Has llevado muchísimos fines de carrera, ¿cómo lo llevas? ¿Sabes el número de los que se han he- cho arquitectos gracias a ti? Me encanta dirigir pfcs. Es otra liga; ya no les tienes que enseñar; les guías, hablas de tú a tú con per- sonas que ya tienen su propio baga- je; les dejo mucha libertad, dentro de unos límites bastante amplios. Normalmente son alumnos que ya me conocen y quieren experimen- tar porque es el último proyecto de la carrera; aunque sepan que el experimento les vaya a llevar más trabajo. ¿Hacéis porra con quién tiene los tutorados con mejores notas? ¿hay piques entre tutores? No, no. Es más, creo que nunca he hablado del tema notas con otro tu- tor. Yo creo que el trabajo del tu- tor debe llegar hasta el momento en que el alumno entrega, de ahí en adelante no debes entrar ni en competiciones ni en discusiones, el tribunal es soberano. ¿Qué supuso realizar la tesis? Personal, académica y profe- sionalmente. Empecé investigando un tema que me interesaba, relacionado con el poder de lo matérico en las arqui- tecturas de los años 50. Fui buscan- do el origen de todo aquello que me fascinaba, Ronchamp, los Smith- son, Lewerentz, Mendes da Rocha. Y en esa búsqueda hacia atrás lle- gué a la Inglaterra victoriana, con la Red House de William Morris, Webb y los Arts & Crafts. La te- sis acaba justo en el punto en que todo tenía que haber comenzado, en 1952, cuando se termina la Uni- dad de Habitación de Le Corbusier. Lo que iba a ser la introducción ter- minó siendo el tema central de la tesis cuando empecé a descubrir la influencia que la arquitectura ver- nácula de Inglaterra y Alemania de principios de siglo tuvo en los orí- genes de la arquitectura moderna. Más allá de su utilidad acadé- mica e investigadora. Los temas que te interesan en tu tesis, ¿en qué proyectos puedes desarro- llarlo mejor? El vínculo se establece a través de la recuperación de arquitecturas anó- nimas, el Re-use. Descubrir edifi- cios que parecen anodinos y mere- cen hacerse valer, edificios sencillos que podemos considerar arquitec- tura vernácula en tanto en cuanto parten de una tradición constructi- va sólida y sincera. Terminas apreciando la arquitectu- ra anónima, y por ende el trabajo del artesano. Yo creo que por eso nos gusta tanto trabajar con carpin- teros; son los últimos artesanos. ¿Te la has vuelto a leer entera? Leo partes de vez en cuando para alguna charla, clase, … pero de un tirón no.
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